Muy cerca de Oviedo, en el comienzo del corredor del
Nalón, un pequeño pueblo de apenas 60 habitantes ha conseguido que 1.100
personas estampen su rúbrica para ayudarles. Son los vecinos de
Santianes que, desde hace cuatro años, pelean para que el Ayuntamiento
repare la carretera que les une con Olloniego. Allí, junto al conjunto
histórico medieval, tienen el consultorio médico, pequeñas tiendas y
demás servicios. «Tenemos que ir a Olloniego para muchas cosas», resume
José Ignacio Matías, de la Asociación de Vecinos de Santianes.
Antes de que el vial se derrumbara en 2008, el viaje era
cuestión de pocos minutos y escasos metros. Ahora deben dar un rodeo de 3
kilómetros: «Tenemos que ir hasta el final del polígono industrial y
luego regresar a través de la carretera AS-244», explican. ¿Pero que hay
de los tractores de esta zona rural que tienen que ir a sus fincas? No
pueden circular por la carretera general ni tampoco por la que usaban
antaño, cerrada con varias señales de prohibido el paso. «En realidad
algunos vecinos siguen usándola, sorteando la señal porque no tienen
otra posibilidad para acceder a sus tierras», aclara Matías.
La carretera dependía de la Administración regional, que
antes de ceder la titularidad de la misma ya realizó alguna reparación
en el pavimento. Pero prácticamente desde que llegó a manos municipales
el vial permanece cerrado. «En abril de 2008, se hundió», recuerda.
Desde entonces, alguna exploración del terreno y nada más. Por eso, los
vecinos, cansados de solicitar reuniones sin respuesta, decidieron
iniciar la recogida de firmas.
Hace unos quince días, las presentaron en el Consistorio.
El concejal de la zona rural Benjamín Cabañas les ha comunicado que
existe un proyecto para construir una escollera en el punto dónde el
firme cedió. Las obras empezarán, les dijo, en octubre «si hay dinero».
«De momento solo tenemos muy buenas palabras. Agradecemos que el
concejal nos atienda, pero tras cuatro años no vamos a dejar que esto se
quede así», advierten los vecinos. Dicen que la carretera «es un
derecho que tenemos y por eso deben repararla. Pedimos solo que se abra
no que construyan una autopista».
Máxime cuando, aseguran, la zona está bastante
abandonada. Al menos antes tenían un «valle precioso», pero ahora con el
polígono de por medio, los vecinos de Santianes ven sus naves al
asomarse a las ventanas. La zona industrial iba a dar empleo a los
jóvenes de la zona, pero llegó la crisis. «Yo creo que no hay gente de
estos pueblos trabajando en el polígono», comentan en Santianes. Lo
único bueno que les trajo el área empresarial fue el autobús que
incrementó su frecuencia, pero que ahora también ven peligrar. En el
Plan de Movilidad, recriminan, «Santianes no aparece en ningún apartado,
en ninguna de las cuatro alternativas. Esperamos que haya sido un error
y no un olvido». Quieren que la ruta de la línea 3 se quede como estaba
y alegarán al Plan de Movilidad.
Los robos y la capilla
Por seguir con lo malo y terminar con buen sabor de boca,
los vecinos de Santianes llaman la atención sobre la falta de seguridad
en la zona. Los robos son frecuentes. «En el polígono se han llevado
todo el cobre que han encontrado y en el pueblo han entrado en varias
casas. En una robaron una caldera», cuenta Matías. La carretera
abandonada por el Consistorio también es un objetivo apetecible para los
saqueadores: han comenzado a llevarse los quitamiedos por las noches.
«Estamos un poco abandonados y sino mira el lavadero del
pueblo que tiene más de 80 años y está olvidado», insisten. Como hasta
hace poco lo estaba la capilla del pueblo, cuyos orígenes se remontan al
siglo X. «Hay una inscripción que señala como en aquel siglo la iglesia
fue construida por los vecinos». Ahora han hecho lo mismo para
restaurarla. El Ayuntamiento puso la mayor parte de los fondos para la
compra de materiales y los vecinos la pintaron y reformaron. Dentro de
pocos días será su inauguración.
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