El 5 de abril, el Ayuntamiento adjudicó a Asturcón Obras y Cosntrucciones la reforma e instalación de un ascensor en el centro social de Tudela Veguín en 240.744 euros y con un plazo de ejecución de tres meses. No habían pasado 10 días y todo se torció. La empresa solicitó resolver el contrato por un defecto formal, el retraso en la firma del replanteo. Tras el pretexto, se escondía que la a constructora no le salían las cuentas, determinadas partidas del presupuesto del proyecto no cubrían sus precios. Asturcón intentó presentar alternativas, que fueron rechazadas. Las obras, lo importante, no llegaron a comenzar.
Desde entonces, la constructora y el Ayuntamiento mantienen un enfrentamiento burocrático. Los técnicos intentaron forzar a la empresa a que cumpliese el contrato y rechazaron la excusa formal que esta planteaba. También para exigirle que presentase las pólizas de seguro y firmase el replanteo para que tuviese que ponerse manos a la obra.
Asturcón rechazó ambas y presentó un recurso de reposición en el que alegaba defectos en el proyecto del edificio. Señalaba que el sistema de calefacción y ventilación propuesto y presupuestado en algo más de 30.000 euros, costaba, tras consultar con empresas especializadas, hasta cuatro veces más.
Los técnicos también rechazaron estos extremos, pero no ha quedado más remedio que resolver el contrato y acordar una nueva licitación. El Ayuntamiento considera difícil cuantificar la indemnización que debería afrontar la contratista, pero no la excluye.
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