miércoles, 21 de septiembre de 2011

El archiduque de Veguín que embrujó a las vanguardias


Era una madrugada del sábado al domingo del año 1001. Comenzaba el 22 de septiembre cuando un accidente de tráfico en la Carretera de Castilla, en aquellos días a las afueras de Madrid y hoy fagocitada por el crecimiento urbanístico, dejaba en el asfalto la vida de Tino Casal. Hasta aquella noche, en la que había pasado por una fiesta en la discoteca Gotham, el archiduque de Tudela Veguín fue uno de los artistas asturianos con más proyección fuera del Principado, pero todos los que le conocieron coinciden al señalar que, pese al éxito, no tuvo el reconocimiento que se merecía como creador.
“Llegará el momento en que la obra de Tino será apreciada objetivamente, mirándola con los ojos limpios”, vaticinaba el locutor -también desaparecido- Joaquín Luqui en el epílogo de la biografía del músico escrita por Gerardo Quintana, Más alla del embrujo . Mañana habrán pasado 20 años desde que Tino Casal se despidió y desde entonces ha recibido multitud de homenajes y recuerdos.
El más actual es el lanzamiento, ayer mismo, por parte de la discográfica EMI de Todo Casal , un cofre con ocho CDs y un DVD en el que se recoge todo el material de estudio que grabó el asturiano, además de alguna pieza inédita. Antes, músicos como Alaska, Los Salvajes o Marta Sánchez grabaron versiones de un artista inquieto que era capaz de captar todas las vanguardias y después procesarlas.
En su trayectoria fue fundamental el papel de su pareja, Pepa Ojanguren. “Eran un tándem. Se aportaban tantas cosas que todo el primer Tino Casal es Pepa”, indicó Luis Alonso, del desaparecido grupo Salón Dadá. Para él, mientras artistas de la época se disfrazaban, Tino y Pepa “epataban”.
La relevancia del músico ¿Por qué fue tan importante la aportación de Tino Casal a la música? El coordinador musical 40 Principales y Cadena Dial Asturias, Alberto Toyos, recuerda que en el momento en el que comenzó como Tino Casal, “llevaba una larga carrera de un superviviente musical capaz de hacer cualquier cosa”. Lo hecho hasta entonces, indicó Toyos, “era bastante hortera” a los oídos del propio archiduque de Veguín, por lo que aprovechó su inclinación por la vanguardia cuando tuvo la oportunidad de grabar en solitario. “Con los años, se ve que tanto la producción como la forma de cantar son excelentes”, sentenció Toyos.
Como artista, estaba interesado en muchos más estilos musicales de los que era capaz de componer. Tal vez por eso comenzó a interesarse por la producción de nuevos valores. Entre los discos más destacados que salieron de su estudio figura Prepárate , el debut de la banda de heavy Obús. Dentro de su interés por ayudar a la promoción de nuevos artistas, Tino Casal también sufragó parte de la inversión necesaria para que Pedro Almodóvar rodara el largometraje con el que comenzaba una carrera meteórica: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón .
El aniversario ¿Qué ocurrió hace 20 años? La muerte del cantante sobrecogió a sus compañeros de profesión. La música pop española pierde a una de sus máximos representantes, recogía en su portada del 23 de septiembre LA VOZ DE ASTURIAS. Un día después, y con motivo de un funeral que tuvo lugar en Oviedo -y al que acudió toda la modernidad artística y musical española-, este periódico recordaba que los bares de toda Asturias habían pinchado como homenaje temas de Tino Casal.
Su discográfica, EMI, tenía ya la fecha para publicar un disco con los grandes éxitos del autor de Embrujada , un lanzamiento que se retrasó para no herir sensibilidades. Aunque la mayor parte del público le recordarán sobre todo por Eloise -un tema que no había compuesto Casal sino el británico Barry Ryan- el artista de Veguín trascendía la música y en el momento de su fallecimiento ultimaba los detalles de una exposición de pintura en su venerado Londres. También cultivo la escultura y prestó especial atención a una estética que creaba vanguardia en España y por la que siempre se le recordará.
Mañana hará 20 años que se fue Tino Casal. Sin su legado, la vanguardia musical no sería la misma.
http://www.lavozdeasturias.es/culturas/archiduque-Veguin-embrujo-vanguardias_0_558544226.html:


La conexión londinense
Músico, pintor y escultor, José Celestino Casal Álvarez (Tudela Veguín, 1950), más conocido como Tino Casal, sorprendía en cualquier campo y conocía a todo el mundo, según recuerdan los que le trataron.
Los músicos de Salón Dadá tuvieron la ocasión de tocar en varias ocasiones con Tino Casal, que llegó a arreglar alguna canción del grupo ovetense cuando regresó a Asturias para combatir una necrosis que no pudo con él. Salón Dada ensayaba entonces en un local de Naves, recuerda Roberto Alonso, guitarrista de la formación. “Era muy imaginativo y trabajador. Cuando se empeñaba en algo le daba muchas vueltas”, recuerda. “Un artista en el más amplio sentido de la palabra”. El éxito, a su juicio, le llegó porque Casal apareció en un momento en el que la calidad de los vocalistas en los nuevos grupos no era la óptima. “Todos eramos muy punkis y no habia mucha gente que dominaba la técnica, pero él sí; no tocaba ningún instrumento pero sabía decirte lo que quería cantando”, explica Roberto Alonso.
Luis Alonso, hermano de Roberto y otro de los integrantes de Salón Dadá, comenta que Tino Casal ayudó al grupo a grabar su primer disco en sus estudios de Madrid. “Transmitía un gran conocimiento no sólo desde el punto de vista técnico, sino también intuitivo. Sabía qué podía funcionar y qué no. Qué arreglos necesitaba una canción y qué le sobraba”, algo que pudo demostrar en su discografía pero también en las numerosas producciones de las que se encargó. Salón Dadá llegó a comenzar a trabajar un nuevo disco para el que Tino Casal habría ejercido de productor cuando sobrevino el accidente de tráfico.
Para entender a Tino Casal hay que retroceder hasta el Londres de finales de los años 70. The Clash o Sex Pistols actuaban en locales de la metrópolis inglesa, que conoció de primera mano junto a su novia por aquel entonces, Pepa Ojanguren, o el profesor y crítico de rock Rico Roces. “Cuando sacó Emborráchate lo conocí y empezamos a ir a pasar veranos en Londres, entre 1979 y 1981”, recuerda Roces. Aunque pueda parecer que por su música podría estar más interesado en géneros como el glam, Roces se acuerda de que en aquellos años “se apuntaba a todo, de Elvis Costello hasta UK Subs. Lo vio todo y de ahí salió Champú de huevo ”. En los clubs ingleses llegó a conocer a artistas como Boy George, antes de publicar Neocasal .
Para el director de escena Emilio Sagi, otro de sus amigos de Oviedo, “Tino fue un gran músico desde su etapa en Los Archiduques, además de un hombre muy querido por los compañeros de profesión”. Sagi coincide en que lo visto en Londres condicionó la música de Casal, pero añade que no sólo se empapó de los sonidos británicos. “Cualquier músico, haga clásica, pop o jazz, tiene que estar al tanto de las novedades. Él lo conocía todo”, asegura. En lo personal, Sagi recuerda que el de Tudela Veguín destacó por su simpatía y “siempre ejerció de asturiano”.
Su amplísima información sobre música, así como las tablas adquiridas en escenarios “más bien cutres”, fueron para Alberto Toyos, director de los 40 Principales, claves a la hora de analizar lo conseguido en vida por Tino Casal. “Irrumpe como un huracán en la escena española, donde había bastante amateurismo, aunque buena intención”, señala. “Hace canciones con un toque de calidad y al mismo tiempo de comercialidad, que bajo mi punto de vista es lo más difícil en la música pop”.
“Te puede gustar más o menos su música, pero desde el punto de vista artístico era un personaje muy profundo, con mucho misterio”, concluye Luis Alonso. A buen seguro, su música perdurará muchas décadas más.

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