En las dependencias de Olloniego de la Escuela del Automóvil hay ajetreo prácticamente a cualquier hora. Los talleres se imparten desde las siete de la mañana hasta las once de la noche, porque están destinados tanto a personas desempleadas como trabajadores en activo, y los últimos solo disponen de las últimas horas de la tarde y las primeras de la noche para ganar en formación. La Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (ASPA) comenzó una nueva etapa el 23 de diciembre de 2010, con la apertura de la nave de Olloniego, que duplica en espacio las viejas instalaciones de Viella gracias a una inversión de 1,5 millones de euros (a cargo de los fondos mineros). Con este paso, la escuela, que lleva el nombre de uno de sus principales impulsores, Francisco García Folgueras, ha cogido impulso: «Va viento en popa», en palabras del presidente de ASPA, Manuel García Arenas. El vicepresidente Cesáreo Marqués traduce la buena marcha en cifras. Unas 500 personas, entre desempleados y trabajadores, reciben formación al año en el centro, contabiliza.
Los datos son buenos, pero la intención es llegar aún más lejos. «Dadas las dimensiones del centro de Olloniego, solicitamos al Gobierno regional el máximo apoyo, porque el objetivo que perseguimos es el empleo a través de la formación» en el sector del automóvil, resume Marqués.
En la actualidad, detalla, se imparten cuatro cursos para desempleados, tres de ellos «de formación dual», es decir que combinan la prácticas en empresas con la formación teórica, y recuperan la «figura del aprendiz» con los que ASPA está muy contenta. «Es una experiencia muy buena». Además, existe otro curso, dentro del Formic (Fundación para el Desarrollo de la Formación en las Zonas Mineras del Carbón), por el que la escuela se compromete a encontrar trabajo al 50% de sus integrantes. 15 personas están adscritas a este programa, «y un mínimo de siete» saldrá con empleo.
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