viernes, 9 de septiembre de 2011

Los pueblos quieren crecer

Los pueblos de Oviedo quieren crecer, o al menos que se les facilite esa posibilidad. Así lo expresaron ayer mayoritariamente presidentes de asociaciones de vecinos de la zona rural de Oviedo, después de que los tres grupos de la oposición tumbaran la propuesta del PP de reducir a 1.000 metros la parcela mínima edificable, cuando en la actualidad, dependiendo del tipo de suelo, es de 2.500 metros, e incluso de 5.000.

Para la oposición, la propuesta del PP no es sostenible, generaría problemas de falta de servicios, y abriría las puertas a la especulación urbanística. «No queremos ver las laderas de Oviedo llenas de casitas, como algunas de Levante», sintetizó tras la comisión de Urbanismo el portavoz de IU, Roberto Sánchez Ramos. Su postura fue compartida por el PSOE y por Foro Asturias, que votaron en contra.

Aunque algunas asociaciones, como la de Tudela de Agüeria, son partidarias de mantener las cosas como están, y por tanto apoyan a la oposición, mayoritariamente los representantes de los pueblos del concejo consideran que rebajar a unos mil metros la parcela mínima edificable no sólo es deseable, es necesario, «porque no nos pueden condenar a la sebe y al jabalí», en palabras de Carlos Fernández Areces, presidente de la Asociación de Vecinos de Loriana, en el Naranco. En el medio está la Plataforma vecinal de Sograndio, que quiere que se facilite la construcción, pero con un estudio detallado de cada zona afectada y con un trato igualitario a todos los pueblos de Oviedo.

«En el entorno de Sograndio hay zonas donde la parcela mínima edificable es de 2.500 metros, otras, de 5.000 metros, y otras, de 10.000 metros. Debe detallarse bien qué va a pasar con cada tipo de suelo, ya que es posible que acabe habiendo especuladores, y que se beneficie a unos y no a otros», reflexiona Joaquín Fernández, de la Plataforma vecinal de Sograndio, que aboga por dar facilidades a la edificación, en la línea que defiende el PP, pero con estudios detallados y «trato igualitario» a todo el municipio.

En pueblos del Naranco, como Loriana o Brañes, la opinión es más rotunda: la única manera de reactivar estas zonas y fijar población es reducir la parcela mínima edificable, lo mismo que propone el PP. «Creo que esa propuesta movería a la zona rural, que está muy muerta. Si yo tengo una finca de 1.500 metros y puedo edificar, se reactivaría la actividad económica, algo fabuloso en tiempos de crisis, y además se fijaría población en los pueblos. No entiendo por qué se oponen, lo veo absurdo. No vamos a vivir solo de jabalís y sebes. Es todo una contradicción, no se le deja hacer una casina a un paisano en su finca, pero sí construir a unos metros de Santa María del Naranco».

Isabel Iglesias, presidenta de la asociación vecinal Puente Romano, de Brañes, sostiene una opinión similar. «La gente quiere poder edificar en sus fincas, y no pueden. El sentir general es que se facilite la edificación. Es lamentable que haya padres que tienen fincas en las que sus hijos no pueden hacerse la casa. Es algo que además afecta a la dispersión y al abandono de las zonas rurales, gente que es del pueblo pero que por esas limitaciones no se puede quedar a vivir en él». Isabel Iglesias destaca que en Brañes, en el Naranco, hay restricciones específicas por tratarse de una zona protegida. «El último pueblo protegido del Naranco es Castiello, cerca de Las Regueras. Está muy lejos de los monumentos. ¿Qué molesta a nadie que se pueda hacer una casa en Castiello? Mucho peor es el daño que hacen las canteras en el Naranco, y ahí nadie dice nada. Hay mucha hipocresía», lamenta la representante vecinal de Brañes. En el cercano Ules, María Teresa Álvarez Arias, miembro de la asociación vecinal del pueblo, habla a título personal, como vecina, ya que no ha consultado, por las prisas, al resto de los miembros de la organización. También lo tiene claro: mil metros de finca para edificar beneficiarían a la zona rural ovetense.

En el entorno de Tudela Veguín hay opiniones más diversas que en el Naranco. La presidenta de la Asociación de Vecinos San Roque, de Anieves, María Jesús Areces, apoya sin dudas la propuesta del PP, y lo justifica por las necesidades de servicios que tiene la localidad. «En Anieves, por ejemplo, haría falta un supermercado, pero quién se va a poner a comprar tanto terreno para algo que requiere mucho menos. Creo que es razonable reducir la parcela edificable, y no entiendo la postura de la oposición».

Opinión similar sostiene el alcalde de barrio de Tudela Veguín, Andrés Rey (Herráiz), que destaca que en la zona de San Julián de Box «el suelo está muy parcelado, es muy difícil que nadie tenga los metros que se piden ahora».

Avelino García Villa, presidente de la Asociación de Vecinos La Fontica, de Tudela Agüeria, recela de los cambios que permitan edificar, y hacer más naves industriales. «Los pueblos deben mantener su fisonomía, hay que impedir la especulación. Lo que tienen que hacer es cuidar lo que hay y dar más servicios a los pueblos», opina.

http://www.lne.es/oviedo/2011/09/09/pueblos-quieren-crecer/1126766.html:

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